Actualmente las exigencias del mercado son cada vez mayores y las empresas deben responder de la forma más rápida y eficiente posible. Este escenario puede hacer creer que el estrés forma parte de la vida laboral.
Sin embargo, es importante establecer diferencias entre situaciones retadoras o con nivel aceptable de presión, que son sanas para el crecimiento de una empresa y la evolución de los empleados; y situaciones estresantes, que surgen cuando hay exigencias que desmotivan a los trabajadores e incluso pueden afectar su salud.
El manejo de las situaciones estresantes dentro de una empresa es de vital importancia para su funcionamiento óptimo, por lo que es necesario conocer las diversas formas de manejar el estrés laboral, y así promover un mejor ambiente que permita que la empresa logre sus objetivos tomando en cuenta el bienestar de los trabajadores.
¿Quieres conocer cómo se puede manejar el estrés en los lugares de trabajo? A continuación describimos 4 estrategias que te permitirán manejar el estrés:
Las situaciones de estrés suelen presentarse cuando los empleados sienten que no tienen la capacidad de responder de forma eficiente a las demandas hechas por sus superiores. Para evitar esto es recomendable favorecer la formación de los empleados en las áreas relacionadas con sus funciones en la empresa.
Esto será positivo por muchas razones: por un lado, el trabajador ganará la confianza al aprender más sobre su campo de acción; y por otro, la empresa contará con personal cada vez más capacitado, lo que de seguro se traducirá en mejor desempeño en el mercado.
Como mencionamos anteriormente, es importante diferenciar entre retar a los trabajadores o exigirles más de lo debido.
Si se perciben desmotivaciones y conductas poco constructivas entre los empleados, es pertinente revisar cuál es el nivel de las exigencias laborales a las que estos están expuestos y evaluar si se trata de requerimientos lógicos y adaptados a sus posibilidades, o si es necesario variar el nivel de exigencia aplicado.
Es importante mencionar que modificar las exigencias laborales no tiene que ver con favorecer la mediocridad. Por el contrario, se trata de hacer una gestión oportuna de los recursos humanos para promover su bienestar y la productividad laboral que permita obtener mejores resultados.
Cuando un trabajador siente que puede administrar la forma en la que realiza sus labores basándose en los métodos que son más eficientes para él, automáticamente se siente más relajado y con mejor disposición para realizar sus actividades.
Por ejemplo, puede ser positivo que un trabajador cuente con cierta flexibilidad de horario; esto hará que no sienta estrés por estar obligado a cumplir un horario muy estricto y que aumente su productividad al poder encargarse él mismo de gestionar su tiempo.
Así mismo, es importante que los trabajadores sientan que pueden tener confianza hacia sus superiores. Aunque lo normal es que construir una relación confiable tome tiempo, dar tempranas muestras de confianza es una de las mejores formas de manejar el estrés laboral.
Es importante que la cultura empresarial de una compañía priorice el bienestar de sus empleados. Comprender en qué consiste el estrés laboral y aprender a reconocer cuándo forma parte de las prácticas de una empresa, hará que sea posible manejarlo y, lo más importante, prevenirlo.
Diversos estudios han determinado que el estrés resulta muy perjudicial para los seres humanos, y en los últimos años las estadísticas indican que mundialmente los niveles de estrés han aumentado.
En este contexto, es primordial comprender que elevar el nivel de exigencia es una práctica peligrosa, además de nada productiva. Si todos los actores del ámbito empresarial comprenden que es un problema real, habrá mayor disposición de revisar las formas de manejar el estrés laboral y promover mejores ambientes empresariales.
